Yo recuerdo los días de mi niñez con mucha añoranza y gratitud a la vez.
Cuando iba cogida de la mano de mi madre, de mi querida madre, yendo por caminos llenos de barro recién llovido, oliendo las flores de los almendros y sintiendo su ternura en mi piel.
Era invierno y recuerdo que con un gorrito de lana hecho por sus manos, con su borlita, y un abriguito a lo tosco, su mano y mi mano dentro de su bolsillo con un huevo cocido calentito para calentar mis manos del frío invierno.
Caminábamos carretera hacia el pueblo junto con mi hermana y queridos hermanos, sentíamos la tristeza y la añoranza de que nos acercábamos a una estación, al mismo tiempo también sentíamos el dolor que mi madre intentaba disimular.
Partíamos con un tren hacia la capital pero mientras tanto ajena a lo que ya se presentía nos daba los huevos calentitos que anteriormente nos calentaron las manos y los bolsillos.
Se acercaba el tren y una fuerza interior me invadía por dentro y podía presentir también esa misma fuerza en ella. Nos dejaba en un colegio interno por causas ajenas que ahora no quiero decir. y aunque sabia que la volveríamos a ver en breve ese sentimiento de añoranza y de tristeza me acompañaría hasta volverla a ver.
Cuándo recuerdo los días en qué estabas junto a mí
se me llenan los ojos de lágrimas al pensar que fuy tan feliz.
Recuerdo mi infancia con tanta gratitud,que no puedo olvidar
los momentos que me acurrucaba junto a tí.
El pasado no puede lastimarme,
tu recuerdo quedó en mi corazón lleno de aromas y fragancias
de ternura y amor que supiste dar.
Te quiero con toda mi alma y jamás podría olvidarte
Y..si en un futuro y hoy presente yo te sigo recordando
con la misma esencia del ayer.
(Zumaya)
